Hoy no es válido quejarse por nada
Me detuve por un momento y de repente llegó un pensamiento a mi cabeza: que injusta es la vida. Me encontraba echándome ánimos para seguir estudiando y pensé: ¿es real que te estas quejando porque ya no quieres estudiar, porque estás cansado?
Y me puse a pensar en lo dichoso que soy, sentado cómodamente en un salón con aire acondicionado, estudiando una materia que me agrada y en la que soy bueno, para tener más conocimientos y poder impactar la vida de las personas. Me puse a pensar en todos aquellos niños y jóvenes que en este preciso momento, mientros yo estoy quejándome por estudiar, están bajo el sol limpiando parabrisas, en una cama de hospital, o en medio de una guerra que parece no tener fin.
Y estoy seguro que no soy el único, nos quejamos por una fila en el banco, nos quejamos por el tráfico, nos quejamos porque esta fallando la señal WiFi, nos quejamos porque no nos sirvieron la comida que queríamos, porque no hemos viajado tanto como quisiéramos.
Déjame decirte que estos problemas de primer mundo, NO SON PROBLEMAS.
Las personas allá, fuera de nuestra burbuja, se preocupan por conseguir comida para sus hijos, se preocupan por conseguir agua limpia, se preocupan por conseguir un lugar en donde pasar la fría noche, se preocupan por sobrevivir a su enfermedad sin la atención de doctores y medicamentos.
Al final del día solo pude darme cuenta de lo estúpidamente dichoso que soy, de todo lo que tengo y de lo estúpidamente inválido que es quejarse.
Y no pensemos que con solo estar conscientes de esto, todo será mejor, la parte importante viene cuando enfoquemos nuestras mentes y corazones en ayudar a los demás, dejemos de desperdiciar nuestra energía quejándonos y en lugar de eso, empecemos a idear, a tomar pequeñas acciones en beneficio de aquellas personas que están perdiendo la esperanza. Hay muchos lugares y maneras en las que podemos ayudar, empecemos con una causa y salgamos a la calle a transformarla, convirtámonos en los próximos Hugh Evans, Jason Aramburu o Ali Niang. Salgamos a devolver esas ganas de seguir adelante, salgamos a regresar un poco de lo mucho que nosotros tenemos.
Imagina este mundo, donde nadie se queja por cosas irrelevantes, donde en lugar de estar pensando cuál será la próxima prenda que me voy a comprar, pensemos, ¿cómo podré ayudar a las personas que más lo necesitan? ¿cómo podré impactar la vida de muchas personas? Es lo que quiero para nuestro mundo, y si leíste esto con interés, te aseguro que tu también lo quieres. Levantémonos todos los días con la actitud de querer hacer magia para cambiar al mundo y empecemos recordando que:
Hoy no es válido quejarse por nada.
